EL PAIS
🔥 Terremoto en la Iglesia: Vaticano destituye a Ozoria por “mala administración” y abre una crisis sin precedentes en RD
SANTO DOMINGO.– El Vaticano confirmó la destitución de Francisco Ozoria Acosta como arzobispo de Santo Domingo, una decisión tan inusual que muchos dentro de la Iglesia la catalogan como sin precedentes en la historia reciente del catolicismo dominicano.
El propio Ozoria reconoció que la medida responde a señalamientos de “mala administración”, admitiendo públicamente que Roma lo había despojado de sus facultades. La Santa Sede envió una carta oficial explicando que la destitución se produce tras denuncias internas, cuestionamientos a su liderazgo y observaciones sobre el manejo de su entorno familiar, factores que detonaron una investigación directa desde Roma.
Años de tensiones y acusaciones
La estabilidad del liderazgo de Ozoria ya venía tambaleándose.
En 2021, el entonces obispo de Baní, Víctor Masalles, lanzó críticas públicas sobre la falta de liderazgo y mediación de la Iglesia en momentos clave de conflicto social y político. Sus declaraciones fueron interpretadas como una estocada directa a la conducción de Ozoria al frente de la Arquidiócesis.
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Las denuncias que luego llegaron al Vaticano reforzaron la idea de que la Arquidiócesis atravesaba problemas serios de gobernanza, presionando a Roma a intervenir.
Reacciones divididas y un futuro incierto
La destitución ha generado sorpresa y desconcierto entre la comunidad católica. Algunos líderes religiosos admiten que nunca habían visto una medida tan drástica, mientras la feligresía permanece a la expectativa de quién asumirá el timón de la Arquidiócesis.
El Vaticano aún no ha ofrecido detalles sobre el proceso de transición. Se espera que en los próximos días se designe un administrador apostólico temporal, previo a nombrar a un nuevo arzobispo.
Un golpe institucional
La salida de Ozoria configura un momento de tensión, reacomodo y crisis de confianza dentro de la Iglesia católica dominicana. La Arquidiócesis de Santo Domingo —la más importante del país— se enfrenta ahora al desafío de reconstruir estabilidad, credibilidad y dirección pastoral tras uno de los episodios más controversiales de su historia reciente.
