ARTE Y GENTE

¿Cocinar sin electricidad? Qué hacer cuando se va la luz

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Vitrocerámica, microondas, horno. Nada de cocina de butano ni de gas natural; tampoco una chimenea. Y, de pronto, un apagón en la zona que promete dejarte a oscuras durante unas cuantas horas. Esto es lo que les ocurrió a los concursantes de 'MasterChef 6′ durante el segundo programa. Si no quieres sobrevivir solo a base de ensalada y latas de atún, puedes usar esta serie de trucos para salir adelante y prepararte a la luz de las velas un buen festín.

La cocina reclama su 'independencia' del fuego

Aunque intrigante, misterioso e hipnótico, el fuego no es fundamental. Muchas preparaciones solo requieren la mezcla de dos ingredientes para 'cocinarse':

Sumergiendo el producto en un líquido aromático, dando lugar a los marinados. Un ejemplo son los escabeches, hechos con vinagre y pimentón. Otro, muy popular hoy en día, es el ceviche: pescados bañados en zumo de limón o lima.

La receta más conocida es el peruano, hecho con un pescado azul, típicamente corvina. Si con eso nos quedamos cortos, podemos hacer un ceviche de marisco.

Para hacerlo, tenemos que cortar trozos muy finos de pescado azul, pulpo y mariscos precocidos (típicamente gambas o langostinos) y mejillones, meter la mezcla en zumo de limón y dejarlo reposar en lugar fresco hasta que el pescado adquiera un color blanquecino.

El tartar, que es el resultado de picar muy fino carne o pescado crudo y mezclarlo con algún condimento, originalmente salsa tártara (de donde viene el nombre), o lo más popular hoy en día, salsa de soja.

Encurtidos. Una de las preparaciones más típicas de España. Consiste en sumergir en agua salada productos vegetales, propiciando una fermentación que aumenta la acidez del medio (lo que también contribuye a conservarlo), como en el caso de las aceitunas o las berenjenas de Almagro. Eso sí, para hacerlo en condiciones, tendremos que dejarlo reposar como mínimo un día, y más aún si lleva ajo, por lo que solo es recomendable en apagones épicos (o simplemente ).

Si no queda más remedio que calentar, sí o sí

En ocasiones no nos quedará otra, ya sea para calentar el biberón de un bebé o porque lo único que nos queda en la despensa es un bote de lentejas precocinadas a la riojana. Hay trucos para todo, y si abrimos la caja de Pandora de los tutoriales de YouTube, no nos extrañará encontrar que alguien ya ha pensado en eso. Para este truco, lo único que necesitaremos serán unas cuantas velas, una olla y una rejilla (para sostener la olla por encima del fuego). La temperatura que alcanzará es suficiente para calentar un buen bote de lentejas o, incluso, para hacer unos huevos a la plancha. Otra opción es meter una olla más pequeña dentro de la primera, con el producto que queramos cocinar, y en la grande poner una pequeña capa de agua. Si tapamos la olla grande, podremos cocinar al vapor o incluso hacer pan.

Convierte la adversidad en una oportunidad

¿No hay luz? Unas velas. ¿No hay calefacción? Un traje. ¿No hay fuego? Una fondue. Así de simple se convierte una incomodidad en una cena de lo más romántica. Eso sí, es importante rechazar la ayuda de niños para la preparación, porque si se acepta, un posible escenario es el que creó el autor de estas líneas a los 7 años, cuando descubrió que no quedaba alcohol de quemar y decidió usar uno de los perfumes de su madre, Chanel Nº 5 para ser exactos. Todavía hoy huele..

Las preparaciones más típicas de la fondue son la de queso (similar a la raclette), la bourguignonne (receta suiza en la que se calienta aceite y una cucharada de mantequilla y se fríe la carne en ellos) o la de chocolate, en la que, una vez fundido, se sumergen trozos de fruta. Respecto a esta última, el británico Alan Snow, autor del libro 'Kitchenalia', señala que "la fondue de chocolate se inventó en la década de 1960 para vender más chocolate Toblerone". Otra gran contribución de Toblerone al mundo.

Además, hay trucos que podemos usar para darle un 'extra' a nuestra fondue tradicional. Este es el caso de la fondue Neuchateloise, en la que primero se restriega un diente de ajo por las paredes del recipiente y después se añaden los quesos junto con un buen chorreón de vino blanco.

Por fin una oportunidad para desempolvar el regalo de boda.

© Proporcionado por Alimente Foto: iStock.Foto: iStock.

Usar el cocinar como trabajo de musculación

¿Qué gracia tiene darle a un botón y que todo se mezcle instantáneamente? Ninguna. Por ello, podemos aprovechar esta oportunidad para echar brazo con un tradicional mortero. Porque sí, antes de la minipimer la gente también tomaba alioli. Esos veinte minutos de trabajo de bíceps, tríceps y deltoides no solo nos darán una deliciosa salsa con el orgullo de haber salido a base del sudor de nuestra frente (no literalmente), sino la excusa perfecta para saltarnos el gimnasio.

En toda casa hay un mortero o, al menos, algo que pueda usarse como tal. Algunos están sí o sí como el almirez, escondido en una caja junto a una botella de Anís del Mono y sacadas una vez al año, únicamente para cantar villancicos.

El triturar no se va a acabar

Los hay tan amantes de la dieta mediterránea, y en especial del gazpacho, que no pueden vivir sin él ni un solo día. Para ellos, utensilios imprescindibles en estas situaciones son un chino y un pasapurés. Nos servirán para que, después de darle vueltas y vueltas, y de machacar el producto contra la rejilla, lo obtengamos fino y sin tropezones.

En el caso de que se trate de un 'millennial' el que se quede sin luz y jamás haya visto un pasapurés, hay una solución muy fácil: si no tienes chino, al chino.

Solución para todo

Si ninguna de estas opciones nos parece apropiada, podemos, si nos queda batería en el móvil, pedir comida a domicilio, pero es la solución fácil. Solo hace falta que el telefonillo no necesite electricidad…

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