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Las Conmociones Cerebrales en la NFL: Historias de Riesgo, Resiliencia y Decisiones Difíciles.
Malik Nabers, receptor abierto de los New York Giants, no puede olvidar el impacto que sufrió el 26 de septiembre. La conmoción cerebral que experimentó tras un golpe en la cabeza durante un partido lo dejó tendido en el campo, sin memoria de la jugada y con dos semanas de inactividad. "No puedo acordarme de la última jugada en la que estuve en el campo y eso resulta aterrador", confesó el joven de 21 años. El accidente ocurrió después de que Nabers asegurara un pase de Daniel Jones y, al desplomarse sobre el césped artificial, chocó con la careta de su propio casco. Este incidente es solo uno de los casos recientes de conmociones cerebrales en la NFL, que destacan la creciente preocupación sobre la salud cerebral de los jugadores y las difíciles decisiones que enfrentan.
El mariscal de campo de los Miami Dolphins, Tua Tagovailoa, quien ya ha sufrido cuatro conmociones cerebrales desde 2022, también se encuentra en una encrucijada similar. A pesar de las advertencias de expertos médicos sobre los riesgos de su carrera, Tagovailoa se muestra decidido a seguir jugando. "Amo este juego hasta la muerte. Estoy dispuesto a asumir el riesgo. Si tienes un pensamiento de temor, es momento de decir basta. Así que saldré al campo a disfrutar", declaró tras recibir el alta médica. Su caso, al igual que el de Nabers, refleja la presión emocional y profesional que sienten los jugadores para continuar en el campo a pesar de los peligros inherentes.
Las Conmociones Cerebrales en la NFL: Un Problema de Larga Data
Desde 2015, la NFL ha estado haciendo un seguimiento más detallado de las conmociones cerebrales. En 2023, la revista JAMA Neurology publicó los resultados de un estudio que encontró que un tercio de los exjugadores de fútbol americano reportaron indicios de encefalopatía traumática crónica (ETC), una enfermedad cerebral degenerativa vinculada a golpes repetidos en la cabeza. Además, el estudio reveló que 230 exjugadores habían tenido pensamientos suicidas y 176 fueron diagnosticados con Alzheimer o alguna forma de demencia. Estos datos alarmantes subrayan los riesgos a largo plazo asociados con las conmociones cerebrales en el fútbol americano.
A pesar de los esfuerzos de la liga por mejorar la seguridad, como la implementación de cascos más avanzados, el uso del "Guardian Cap" (una funda acolchonada para el casco) y cambios en las reglas para proteger a los jugadores, el número de conmociones sigue siendo preocupante. En la pretemporada de 2023, se registraron 44 conmociones, la menor cifra desde que comenzó el seguimiento en 2015. Hasta la novena semana de la temporada regular de 2024, ya se habían documentado 39 incidentes de conmoción cerebral.
Casos de Reincidencia y Decisiones Cruciales
El receptor de los New Orleans Saints, Chris Olave, ha sufrido cinco conmociones en sus 24 años. Su última lesión ocurrió el 3 de noviembre, cuando fue atrapado por dos defensivos de los Panthers. Aunque está considerando la opinión de varios especialistas, Olave ha declarado que, por el momento, no contempla la posibilidad de retirarse.
Sin embargo, no todos los jugadores optan por continuar. Sammis Reyes, el primer chileno en jugar en la NFL, anunció su retiro en agosto de 2023 después de sufrir una conmoción en la pretemporada mientras estaba con los Jaguars. Reyes, quien tuvo una carrera breve en la liga, había estado lidiando con dolores persistentes y falta de sueño tras el golpe. "Después de siete días sin dormir y tener síntomas dolorosos me di cuenta de que esto no estaba haciendo bien a mí y a mi familia; por eso decidí retirarme", explicó. A pesar de recuperarse, Reyes solo logró permanecer en el equipo de prácticas de los Minnesota Vikings antes de tomar la difícil decisión de abandonar el fútbol profesional.
Un Futuro Incierto para los Jugadores de la NFL
Los casos de Nabers, Tagovailoa, Olave y Reyes destacan la difícil realidad que enfrentan los jugadores de la NFL en relación a las conmociones cerebrales. A pesar de los avances en la tecnología y los esfuerzos por mejorar la seguridad en el campo, los riesgos de sufrir lesiones cerebrales graves siguen siendo una amenaza constante. Las historias de estos jugadores nos recuerdan los sacrificios que hacen en nombre del fútbol y las decisiones difíciles que deben tomar en cuanto a su salud y bienestar a largo plazo.