EL MUNDO
23 fallecidos y cuatro millones de hogares sin luz en EE. UU. por la ola de frío
El gran desplome de temperatura tiene a 105 millones de personas en alerta por nieve, aguanieve y lluvia en todo el país.
El temporal Uri ha golpeado gran parte de Estados Unidos y ha dejado una veintena de muertos por caídas, atropellos, accidentes de coche, incendios en viviendas sin electricidad o intoxicaciones con monóxido de carbono, y casi cuatro millones de personas se han quedado sin suministro eléctrico, tres millones de ellas en Texas.
Como consecuencia de las incidencias producidas por la falta de suministro eléctrico, los hospitales de Houston han llegado al colapso, porque, según los sanitarios, los habitantes acuden a medios “peligrosos” para mantenerse calientes. El gobernador del estado, Greg Abbott, ha calificado a la red como “todo menos confiable”, y ha pedido investigaciones al Consejo de Confiabilidad Eléctrica de Texas.
Según la Oficina de Predicción del Agua de la Administración Oceánica y Atmosférica, el martes más del 73 % del país ha quedado cubierto de nieve con capas en 45 de los 48 estados.
Además, al menos 20 ciudades han sufrido el clima más frío de su historia y alcanzado temperaturas mínimas que no se habían visto desde hace un siglo. En Oklahoma, por ejemplo, las temperaturas han sido inferiores a los 14 grados.
Estas frías temperaturas se mantendrán hasta finales de semana, aunque, tras dejar importantes daños en el sur del país, la tormenta se moverá ahora hacia el noroeste. Partes de Mississippi, Oklahoma, Tennessee, Texas y todo Arkansas han sido advertidas por acumulaciones significativas de nieve, aguanieve y lluvia.
Por otra parte, la ola de frío polar está obstaculizando la distribución de vacunas contra la covid-19 y, por lo tanto, causando retrasos en la vacunación. En Miami-Dade 2.000 personas no podrán recibir la segunda dosis de vacunación, en Colorado se verá afectada la llegada de 133 000 vacunas y, en Ohio, se podrá sufrir un retraso de dos días en la entrega del inmunizador, según ha declarado el gobernador Mike Dewine.