EL MUNDO
Nueva revelación de mercenario colombiano da un giro al caso del asesinato al presidente de Haití
Un giro de 360 grados dio la investigación que adelantan las autoridades en Haití sobre los hechos que rodearon el asesinato, el 7 de julio, del presidente, Jovenil Moïse.
Uno de los exmilitares colombianos, que está capturado en Puerto Príncipe señalado de participar en el magnicidio dijo que la misión era detener al presidente Moïse para que luego una mujer asumiera el cargo.
“Luego nos desplazaríamos al Palacio Nacional, y allí estaría ‘Diamante’, quien 72 horas después sería nombrada como la Presidenta de Haití y nosotros estaríamos a cargo de su seguridad”, dijo el mercenario a las autoridades de Haití.
Así está consignado en un folio de 210 páginas al que tuvo acceso la prensa en el que la Policía de Haití e Interpol – detallan los avances de la investigación.
El hilo del entramado criminal para asesinar al mandatario hasta ahora había conducido al médico Cristian Emanuel Sanon, como el autor intelectual y principal promotor de los hechos, pero la versión del exmilitar colombiano llevó a abrir otras hipótesis.
La mención de ‘Diamante’ dejó perplejos a los investigadores quienes tuvieron conocimiento de la existencia de la mujer, que tiene entre 55 y 60 años, por el testimonio que rindieron, en una primera audiencia, el capitán en retiro, Germán Alejandro Rivera García y el sargento en retiro, Jheyner Alberto Carmona Flórez.
En el documento, se señala que el 6 de julio, en horas de la noche Duberney Capador Giraldo, quien fue muerto por la Policía de Haití tras el asesinato de Moïse , les informó a los integrantes del ‘Grupo Delta’ que debían matar a todas las personas que estuvieran en la casa del Presidente.
Capador, que es considerado el reclutador de los exmilitares en Colombia y enlace con los responsables del plan en Haití, había recibido la instrucción de matar al presidente tres días antes de la operación que en principio era supuestamente para capturarlo.
El ‘Grupo Delta’ estaba conformado por cinco hombres al mando de Capador Giraldo y fueron los que ingresaron a la habitación del Presidente la madrugada del 7 de julio.
De igual forma, de acuerdo con el testimonio de Rivera García y Carmona Flórez, Capador les informó esa noche que Emmanuel Sanon ya no sería el Presidente, ni Joseph John Joel, a quien llamaban ‘J3’, el vicepresidente; sino que el poder lo asumiría una mujer a quien llamaban ‘Diamante’.
Para la Policía de Haití es prioridad identificar a ‘Diamante’ y el papel que la mujer jugó en el asesinato de Moïse. Son varias las hipótesis que se analizan, desde una futura eventual transición del poder al médico Sanon, o que él fuera una cortina de humo para proteger a ‘Diamante’ mientras ella asumía la Presidencia.
En el documento en poder de este diario Rivera y Carmona señalan que Capador contaba con una fuente humana dentro de la casa del Presidente que le informaba de cada actividad del Jefe de Estado.
Esta fuente era administrada por Joseph Felix Badio, quien hizo parte del Gobierno y de una comisión de inteligencia en la isla, hoy hace parte del cartel de los más buscados por el crimen de Jovenil Moïse.
El capitán en retiro y el sargento coinciden en afirmar que dentro de las primeras instrucciones que se les dio para esa noche era que debían capturar la Presidente y llevarlo al Palacio Nacional. Pasó seguido, se lee en el informe, “teníamos que desactivar los sistemas de circuito cerrado de televisión y buscar dos maletas con dinero las cuales nos íbamos a repartir”.
Según el relato, Capador les aseguró que todo estaba coordinado para desarrollar la operación y que “tendrían un satélite sobre ellos”. Además advirtió que el que fallara o se arrepintiera “sería asesinado”.
La otra instrucción era que si algo fallaba buscarían refugio en la Embajada de Taiwán, tal y como lo hicieron. Precisamente es allí donde la Policía de Haití los ubica, y Capador trata de negociar con las autoridades y de explicarles los hechos.
Esto pasó en un lapso de 6 a 8 horas y allí son muertos Capador y el sargento primero en retiro, Mauricio Javier Romero Medina. Así se lo informó Rivera al grupo, antes de someterse a las autoridades.
Llama la atención dentro del informe, los testigos dicen que la muerte del soldado profesional en retiro, Miguel Guillermo Garzón “fue accidental y que se dio en los primeros instantes, en medio de la confusión cuando huían, ya que se le disparó accidentalmente el arma y recibió un impacto en el tórax”.
Durante las entrevistas Rivera y Carmona referenciaron que a los comandantes de unidad como el teniente coronel en retiro, Carlos Giovanny Guerrero Torres, se les pagarían 3.000 dólares mensuales – por prestar seguridad al Presidente de Haití.
A un comandante de destacamento como el sargento en retiro Carmona, se le pagarían 2.900 dólares mensuales. A un comandante de equipo como el sargento viceprimero en retiro, Ángel Mario Yarce Sierra, se le pagarían 2.800 dólares mensuales al mes, y al resto del equipo, 2.700 dólares.
Ninguno de los militares en retiro alcanzó a recibir el primer pago, pues la fecha de consignación coincidió con el día de la operación, el 7 de julio.
En el caso de Capador y Rivera, el pago era de 12.000 dólares para cada uno por ser las cabezas militares de la operación.
El relató de Germán Alejandro Rivera García es fundamental para dar claridad al caso, ya que él participó de varias de las reuniones preparatorias al viaje a Haití.FacebookTwitterEmailWhatsAppCompartir