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EL PAIS

El empleo informal se apodera de las calles de RD.

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El empleo informal en la República Dominicana se ha disparado en los últimos años debido a la alta tasa de desempleo. Entre los fenómenos que se han disparado están los vendedores ambulantes, a tal punto que hay lugares donde a los ciudadanos se les dificulta circular por las aceras, debido a que están abarrotadas de comerciantes informales.

La periodista Addis Burgos, en su programa Desclasificado, pudo constatar que con solo transitar por las calles se evidencia el desorden de vendedores ambulantes que se lanzan a comercializar sus productos obstruyendo los espacios públicos y dificultando el paso de transeúntes.

Un ejemplo de esto es el kilómetro 9 de la Autopista Duarte, donde se hace cada vez más difícil transitar. Allí se puede observar como  pequeños negocios informales ocupan todas las aceras y contenes obstruyendo el paso de las personas.

La zona está abarrotada de vendedores informales, que luchan cada día por buscar el sustento de mantener a sus familias y salir adelante. Estos no cuentan con un salario fijo, sino que luchan por vender alguna mercancía, lo que para muchos es muy rentable y les genera ingresos superiores a un salario mínimo.

Ramón Montilla, vendedor ambulante

Ramón Montilla, un vendedor ambulante que tiene 20 años en los alrededores de la parada de autobuses de esta Autopista Duarte que llega todos los días a las seis de la mañana a su puesto de trabajo. Mismo que le ha permitido criar a sus seis hijos y ser el sustento de su familia.

“Yo soy Ramón Montilla, tengo 20 años laborando aquí en el kilómetro 9 de la Autopista Duarte y esto son los accesorios que yo vendo” expresó.

Montilla también se expone a todo tipo de desafíos en esta avenida para vender sus mercancías. En su caso puede hacer mil o dos mil pesos promedio por día, en otros momentos fue más rentable, debido a que ahora el encarecimiento de la canasta básica hace que la comida se trague casi todo lo que entra.

“De aquí pago la casa, me entiende, pago el colegio de los niños y lo que me queda lo ahorro” indicó.

“Bueno en colegio estoy pagando ahora mismo 5 mil de colegios, porque tengo 3 niños en el colegio, en la comida eso no se puede hablar, en la comida se va muy lejos, ahora mismo para mantener una casa hay que tener dinero porque todo está caro, uno esta es luchando por vivir, el pobre tiene que luchar para vivir” agregó”.

Martín Burgos, 40 años siendo vendedor ambulante

Los vendedores van y vienen, en una lucha de habilidades y subsistencia. En el grupo también está Martín Burgos, un vendedor que tiene su negocio desde hace 40 años aquí en esta misma zona del kilómetro 9, donde trabaja todos los días de seis de la mañana hasta las siete de la noche.

“Yo tengo 40 años, cuando yo llegué aquí tenía la cabeza negra y mira como la tengo, he criado a mi familia, de aquí aún no tan bien, como pobre, yo he criado cuatro hijos” Manifestó.

Para Martín, hoy con 54 años y tres décadas, dedicándose a este pequeño negocio, el cual considera una bendición por haberle permitido sostener a su familia. También afirma que los tiempos han cambiado y que lo que antes le alcanzaba para satisfacer sus necesidades básicas hoy apena alcanza para los alimentos atribuyendo a los altos precios de la canasta básica y la inflación las dificultades a las que se enfrentan los vendedores informales, quienes también pagan sus impuestos por usar áreas públicas y vender sus mercancías. Ante eso, aclara que paga dos mil pesos quincenales por el uso del espacio.

“A veces uno se va que casi tiene que pedir el pasaje, pero a veces uno se gana su comida no te voy a hablar mentiras de aquí uno se  gana su comida, a veces bien forzado, yo tengo cuatro hijos, me siento bien, le agradezco al negocio, porque yo soy una persona que mi nivel académico no me ayuda tanto” dijo.

Satisfecho de su esfuerzo, muestra las mercancías que vende en su pequeño negocio y los precios de los productos.

Julieth Costumne, vendedora ambulante

Así como muchos vendedores informales del país realizan las ventas de sus mercancías en las zonas más populosas de la capital, también son muchos los extranjeros de nacionalidad haitiana, que buscan sus espacios para vender sus mercancías en las calles, avenidas y zonas específicas de la ciudad, tal es el caso de Julieth Costumne, una mujer haitiana, que tiene desde el 2016, en este puesto vendiendo ropas usadas o de pacas como comúnmente se les llama, nadie le impidió ponerse en el lugar, basta salir y ubicarse, desde entonces de esto mantiene a su familia, aunque narra que en estos momentos las ventas están escazas.

“Ay, a veces bien, a veces mal, pero por ahora la cosa está mal, no se está vendiendo bien la mercancía, a veces sí, a veces no, pero en estos días menos ventas, esta floja la cosa, pero muy” apuntó.

¿Cuánto pueden ganar en un día?

Julieth Costumne indicó que de sus ganancias, debe pagar para guardar las mercancías y realizar un pago al ayuntamiento.

“Ayer yo vendí 350 pesos, dos paquetes de media y una crema de 150, dos paquetes de medias por 200 y 150 de crema, o sea, yo pago un puesto para guardar las mercancías y pago aquí al ayuntamiento, ósea, asi no me conviene usted me entiende, pero papa Dios, siempre nos ayuda” Comentó.

Como vendedora informal, paga 2,500 pesos anuales al ayuntamiento de impuestos, además de pagar un espacio para guardar sus mercancías.

“Pero cuando la cosa estestáa mala, no se vende nada, pero como quiera estoy conforme, porque yo soy de Dios, hay que ser conforme como quiera” expresó.

Los vendedores informales ambulantes y estacionarios en ocasiones se menosprecian y consideran una actividad indeseable realizada por infractores, que afecta al uso del espacio público, por lo general los vendedores ambulantes son perseguidos, viven en la incertidumbre y trabajan en condiciones deficientes, con escaso acceso a la infraestructura, pero es así como estas personas sin acceso a un empleo formal pueden ganarse la vida y sobrevivir al día a día.

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El empleo informal en la República Dominicana se ha disparado en los últimos años debido a la alta tasa de desempleo. Entre los fenómenos que se han disparado están los vendedores ambulantes, a tal punto que hay lugares donde a los ciudadanos se les dificulta circular por las aceras, debido a que están abarrotadas de comerciantes informales.

La periodista Addis Burgos, en su programa Desclasificado, pudo constatar que con solo transitar por las calles se evidencia el desorden de vendedores ambulantes que se lanzan a comercializar sus productos obstruyendo los espacios públicos y dificultando el paso de transeúntes.

Un ejemplo de esto es el kilómetro 9 de la Autopista Duarte, donde se hace cada vez más difícil transitar. Allí se puede observar como  pequeños negocios informales ocupan todas las aceras y contenes obstruyendo el paso de las personas.

La zona está abarrotada de vendedores informales, que luchan cada día por buscar el sustento de mantener a sus familias y salir adelante. Estos no cuentan con un salario fijo, sino que luchan por vender alguna mercancía, lo que para muchos es muy rentable y les genera ingresos superiores a un salario mínimo.

Ramón Montilla, vendedor ambulante

Ramón Montilla, un vendedor ambulante que tiene 20 años en los alrededores de la parada de autobuses de esta Autopista Duarte que llega todos los días a las seis de la mañana a su puesto de trabajo. Mismo que le ha permitido criar a sus seis hijos y ser el sustento de su familia.

“Yo soy Ramón Montilla, tengo 20 años laborando aquí en el kilómetro 9 de la Autopista Duarte y esto son los accesorios que yo vendo” expresó.

Montilla también se expone a todo tipo de desafíos en esta avenida para vender sus mercancías. En su caso puede hacer mil o dos mil pesos promedio por día, en otros momentos fue más rentable, debido a que ahora el encarecimiento de la canasta básica hace que la comida se trague casi todo lo que entra.

“De aquí pago la casa, me entiende, pago el colegio de los niños y lo que me queda lo ahorro” indicó.

“Bueno en colegio estoy pagando ahora mismo 5 mil de colegios, porque tengo 3 niños en el colegio, en la comida eso no se puede hablar, en la comida se va muy lejos, ahora mismo para mantener una casa hay que tener dinero porque todo está caro, uno esta es luchando por vivir, el pobre tiene que luchar para vivir” agregó”.

Martín Burgos, 40 años siendo vendedor ambulante

Los vendedores van y vienen, en una lucha de habilidades y subsistencia. En el grupo también está Martín Burgos, un vendedor que tiene su negocio desde hace 40 años aquí en esta misma zona del kilómetro 9, donde trabaja todos los días de seis de la mañana hasta las siete de la noche.

“Yo tengo 40 años, cuando yo llegué aquí tenía la cabeza negra y mira como la tengo, he criado a mi familia, de aquí aún no tan bien, como pobre, yo he criado cuatro hijos” Manifestó.

Para Martín, hoy con 54 años y tres décadas, dedicándose a este pequeño negocio, el cual considera una bendición por haberle permitido sostener a su familia. También afirma que los tiempos han cambiado y que lo que antes le alcanzaba para satisfacer sus necesidades básicas hoy apena alcanza para los alimentos atribuyendo a los altos precios de la canasta básica y la inflación las dificultades a las que se enfrentan los vendedores informales, quienes también pagan sus impuestos por usar áreas públicas y vender sus mercancías. Ante eso, aclara que paga dos mil pesos quincenales por el uso del espacio.

“A veces uno se va que casi tiene que pedir el pasaje, pero a veces uno se gana su comida no te voy a hablar mentiras de aquí uno se  gana su comida, a veces bien forzado, yo tengo cuatro hijos, me siento bien, le agradezco al negocio, porque yo soy una persona que mi nivel académico no me ayuda tanto” dijo.

Satisfecho de su esfuerzo, muestra las mercancías que vende en su pequeño negocio y los precios de los productos.

Julieth Costumne, vendedora ambulante

Así como muchos vendedores informales del país realizan las ventas de sus mercancías en las zonas más populosas de la capital, también son muchos los extranjeros de nacionalidad haitiana, que buscan sus espacios para vender sus mercancías en las calles, avenidas y zonas específicas de la ciudad, tal es el caso de Julieth Costumne, una mujer haitiana, que tiene desde el 2016, en este puesto vendiendo ropas usadas o de pacas como comúnmente se les llama, nadie le impidió ponerse en el lugar, basta salir y ubicarse, desde entonces de esto mantiene a su familia, aunque narra que en estos momentos las ventas están escazas.

“Ay, a veces bien, a veces mal, pero por ahora la cosa está mal, no se está vendiendo bien la mercancía, a veces sí, a veces no, pero en estos días menos ventas, esta floja la cosa, pero muy” apuntó.

¿Cuánto pueden ganar en un día?

Julieth Costumne indicó que de sus ganancias, debe pagar para guardar las mercancías y realizar un pago al ayuntamiento.

“Ayer yo vendí 350 pesos, dos paquetes de media y una crema de 150, dos paquetes de medias por 200 y 150 de crema, o sea, yo pago un puesto para guardar las mercancías y pago aquí al ayuntamiento, ósea, asi no me conviene usted me entiende, pero papa Dios, siempre nos ayuda” Comentó.

Como vendedora informal, paga 2,500 pesos anuales al ayuntamiento de impuestos, además de pagar un espacio para guardar sus mercancías.

“Pero cuando la cosa estestáa mala, no se vende nada, pero como quiera estoy conforme, porque yo soy de Dios, hay que ser conforme como quiera” expresó.

Los vendedores informales ambulantes y estacionarios en ocasiones se menosprecian y consideran una actividad indeseable realizada por infractores, que afecta al uso del espacio público, por lo general los vendedores ambulantes son perseguidos, viven en la incertidumbre y trabajan en condiciones deficientes, con escaso acceso a la infraestructura, pero es así como estas personas sin acceso a un empleo formal pueden ganarse la vida y sobrevivir al día a día.

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