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EL PAIS

La basura ahoga a Boca Chica

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Pocos son los lugares en que no se observa un vertedero  improvisado en el municipio Boca Chica, donde los largos tramos de desechos se han apoderado de muchas de sus calles y junto con el hedor han provocado la indignación de los residentes de la zona.

“Basura tenemos que nos arropa al aire libre, usted camina esa calle de ahí y usted ve que eso es un vertedero y en todas las calles que nosotros caminamos es un vertedero improvisado que hay. Eso mete miedo la basura que ahí”, manifestó Máximo Ramírez de la Cruz, quien desde hace nueve años se desempeña como chofer en la comunidad Altos de Chavón.

En esta zona turística que da acceso a playas como Guayacanes o Juan Dolio, lo primero que se observa antes de llegar a estos destinos es este panorama con el que los habitantes del municipio llevan tiempo lidiando, sin obtener soluciones satisfactorias de las autoridades.

La situación de alarma ha alcanzado también a las escuelas, las cuales han sido las principales afectadas por la problemática, llegando al extremo de que en la primaria Profesor Rafael Delgadillo, prácticamente cercada por cúmulos de desechos, las autoridades han tenido que tomar la decisión de impartir docencia solamente tres días a la semana.

“En este frente, de aquel lado, detrás, todo el alrededor de la escuela está lleno de basura. Los maestros han tenido que suspender las clases por la cantidad de basura. Están dando clase virtual y los niños vienen tres días a la semana y era tanda extendida y ahora la tienen hasta el mediodía porque los niños no aguantan el mal olor del basurero”, expresó Juana Ortiz, comunitaria del barrio Los Unidos en el sector La Caleta.

Ante la realidad que enfrenta la escuela, otros padres entrevistados por este medio, indicaron que en varias ocasiones han realizado manifestaciones para que sus reclamos sean escuchados, pero “nadie ha hecho nada”.

En una de esas manifestaciones participó Pedro José King, padre de tres hijos que buscaba una solución para evitar que sus vástagos continuaran exponiendo su salud. Sin embargo hasta el momento ni las huelgas, ni las reuniones de padres y comunitarios han llevado sosiego a los moradores, quienes continúan viviendo entre la inmundicia de desechos.

La misma situación enfrenta el Liceo Hilda Gutiérrez, en la comunidad Altos de Chavón y la Vitalina Mordan de Cruz en Andrés, Boca Chica, extendiéndose la situación a frentes de estaciones de gasolina, aceras, orillas de las avenidas y áreas verdes, dejando a este polo turístico bajo la mirada atónita de los visitantes que, según contaron los habitantes de la zona, al ver como se encuentra también se llevan consigo la indignación que aqueja a los comunitarios.

“350 pesos pagué yo ayer (sábado) para que me votaran la basura, aquí la basura no se aguanta”, afirmó el colmadero Francisco Valoy.

Según lo manifestado por varios residentes del municipio, son pocas las veces que ven los camiones de basura y cuando lo hacen no realizan el recorrido por los barrios, pasando solo por las vías principales.

“Los camiones no se meten a los barrios, los que yo he visto solo se paran en el hotel (Hamilton)”, aseveró el ciudadano Elvin Grullar.

Mientras que Josefa Pérez, presidenta de la junta de vecinos del sector Los Coquitos, ubicado en la calle 20 de Diciembre de Boca Chica, aseveró que en varias ocasiones ha propuesto a las autoridades que, a la par del plan de recogida de basura, se aplique vigilancia en las zonas que están siendo usadas como vertederos, así como también un régimen de consecuencias.

“Nosotros no hemos podido con la situación porque de la única forma que eso se controla es poniendo dos personas, porque no tiene régimen de consecuencia, entonces si por la mañana tú me pones a mí un guardián y en la noche otro y tiene consecuencias, entonces la basura no sería tirada ahí, pero necesitamos esa colaboración”, sostuvo la dirigente comunitaria.

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Pocos son los lugares en que no se observa un vertedero  improvisado en el municipio Boca Chica, donde los largos tramos de desechos se han apoderado de muchas de sus calles y junto con el hedor han provocado la indignación de los residentes de la zona.

“Basura tenemos que nos arropa al aire libre, usted camina esa calle de ahí y usted ve que eso es un vertedero y en todas las calles que nosotros caminamos es un vertedero improvisado que hay. Eso mete miedo la basura que ahí”, manifestó Máximo Ramírez de la Cruz, quien desde hace nueve años se desempeña como chofer en la comunidad Altos de Chavón.

En esta zona turística que da acceso a playas como Guayacanes o Juan Dolio, lo primero que se observa antes de llegar a estos destinos es este panorama con el que los habitantes del municipio llevan tiempo lidiando, sin obtener soluciones satisfactorias de las autoridades.

La situación de alarma ha alcanzado también a las escuelas, las cuales han sido las principales afectadas por la problemática, llegando al extremo de que en la primaria Profesor Rafael Delgadillo, prácticamente cercada por cúmulos de desechos, las autoridades han tenido que tomar la decisión de impartir docencia solamente tres días a la semana.

“En este frente, de aquel lado, detrás, todo el alrededor de la escuela está lleno de basura. Los maestros han tenido que suspender las clases por la cantidad de basura. Están dando clase virtual y los niños vienen tres días a la semana y era tanda extendida y ahora la tienen hasta el mediodía porque los niños no aguantan el mal olor del basurero”, expresó Juana Ortiz, comunitaria del barrio Los Unidos en el sector La Caleta.

Ante la realidad que enfrenta la escuela, otros padres entrevistados por este medio, indicaron que en varias ocasiones han realizado manifestaciones para que sus reclamos sean escuchados, pero “nadie ha hecho nada”.

En una de esas manifestaciones participó Pedro José King, padre de tres hijos que buscaba una solución para evitar que sus vástagos continuaran exponiendo su salud. Sin embargo hasta el momento ni las huelgas, ni las reuniones de padres y comunitarios han llevado sosiego a los moradores, quienes continúan viviendo entre la inmundicia de desechos.

La misma situación enfrenta el Liceo Hilda Gutiérrez, en la comunidad Altos de Chavón y la Vitalina Mordan de Cruz en Andrés, Boca Chica, extendiéndose la situación a frentes de estaciones de gasolina, aceras, orillas de las avenidas y áreas verdes, dejando a este polo turístico bajo la mirada atónita de los visitantes que, según contaron los habitantes de la zona, al ver como se encuentra también se llevan consigo la indignación que aqueja a los comunitarios.

“350 pesos pagué yo ayer (sábado) para que me votaran la basura, aquí la basura no se aguanta”, afirmó el colmadero Francisco Valoy.

Según lo manifestado por varios residentes del municipio, son pocas las veces que ven los camiones de basura y cuando lo hacen no realizan el recorrido por los barrios, pasando solo por las vías principales.

“Los camiones no se meten a los barrios, los que yo he visto solo se paran en el hotel (Hamilton)”, aseveró el ciudadano Elvin Grullar.

Mientras que Josefa Pérez, presidenta de la junta de vecinos del sector Los Coquitos, ubicado en la calle 20 de Diciembre de Boca Chica, aseveró que en varias ocasiones ha propuesto a las autoridades que, a la par del plan de recogida de basura, se aplique vigilancia en las zonas que están siendo usadas como vertederos, así como también un régimen de consecuencias.

“Nosotros no hemos podido con la situación porque de la única forma que eso se controla es poniendo dos personas, porque no tiene régimen de consecuencia, entonces si por la mañana tú me pones a mí un guardián y en la noche otro y tiene consecuencias, entonces la basura no sería tirada ahí, pero necesitamos esa colaboración”, sostuvo la dirigente comunitaria.

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