EL PAIS
Suicidios en jóvenes: un mal en crecimiento
La adolescencia se considera una de las etapas más complejas del ser humano. Algunos factores como: problemas sociales, familiares o médicos, pueden llevar a los jóvenes a intentar atentar contra su vida.
Cada año, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde 2012 existe un promedio de 804 mil suicidios en adolescentes.
La ideación, los gestos y los intentos suicidas en adolescentes se asocian frecuentemente, pero no siempre, a trastornos depresivos, explica a ¡Qué Pasa! el psiquiatra José López Mena.
“Las características universales de los adolescentes que recurren al suicidio son la incapacidad para encontrar soluciones viables a los problemas y la falta de estrategias de afrontamiento para manejar las crisis inmediatas. Así, una visión estrecha de las opciones disponibles para afrontar el desacuerdo familiar recurrente, el rechazo o los fracasos, contribuye a la decisión de que un adolescente se quite la vida” explicó el doctor.
Indicó que los estudios muestran que hasta la mitad de los adolescentes que se suicidan expresan sus intenciones a un amigo o a un familiar en las 24 horas previas a la puesta en práctica de la conducta suicida.
“Existen factores genéticos, en los que nos dice que las conductas suicidas y el suicidio consumado son entre dos y cuatro veces más frecuente entre aquellos con un familiar de primer grado con una conducta parecida” dijo, agregando que tener un familiar de primera línea que se haya quitado la vida, el uso y abuso de sustancias y vivir en un entorno familiar que sea estresante para el adolescente.
Asimismo, destacó entre estos, los factores biológicos, los cuales en estudios recientes se ha documentado una disminución de la densidad de los receptores del transportador de serotonina en individuos con conductas suicidas, además de factores psicosociales, que es la sensación de desesperanza, la impulsividad, el consumo de drogas y antecedentes de conductas agresivas así como el desarrollo de ese adolescente en un entorno familiar estresante.
En los últimos quince años la tasa de suicidios registra un incremento del 55 por ciento en la República Dominicana, siendo la segunda causa de muertes de adolescentes, sin tomar en cuenta que muchos decesos son encasillados como suicidios no determinados, asegura el galeno, agregando que “cada tres segundos hay un intento de suicidio, que se cristalizará en 40 intentos y las edades más socorridas de los suicidas están entre los 10 y 24 años de edad”, siendo esta una cifra alarmante.
Las características de los adolescentes que intentan el suicidio y de los que llegan a suicidarse son parecidas, y hasta un 40% de quienes consuman el suicidio o había intentado previamente. Es necesario preguntar directamente a los niños y adolescentes sobre pensamientos suicidas, ya que los estudios han demostrado de forma consistente que los padres desconocen con frecuencia que sus hijos tienen tales pensamientos. Los adolescentes que tienen mayor riesgo son aquellos que combinan los trastornos del estado de ánimo con el consumo de sustancias y antecedentes de conductas agresivas. También hay factores como la autolesión que hoy en día es frecuente notarlas en los antebrazos y muslos, las rupturas amorosas y cuando hay cambio o traslados escolares así como el acoso escolar lleva a los jóvenes a un nivel de estrés que los hace pensar en esto como una posible solución a sus problemas, destaca.
Tratamiento
Respecto al tratamiento, el galeno reveló que toda persona que haya intentado quitarse su vida debe de buscar ayuda profesional de un psiquiatra para evaluar la necesidad de internamiento ahora bien si lo que existe es un pensamiento suicida el profesional de la salud mental valorará el riesgo de este pensamiento y proceder con el tratamiento ambulatorio si así lo requiere.
“El tratamiento de primera línea será el psicofarmacológico en donde se podrá utilizar antidepresivos, antipsicóticos, ansiolíticos, estabilizadores del ánimo, entre otros dependiendo del caso. La contraparte del tratamiento con los fármacos es la psicoterapia cognitiva conductual y la dialéctica conductual, lo que hace que el tratamiento a esta enfermedad sea un manejo integral entre psicología y psiquiatría” resaltó.
En cuanto a la prevención, explicó que este se puede evitar hablando sobre suicidio, preguntando sin miedo a nuestros hijos si tienen o han tenido estos pensamientos, siendo parte de su día a día, notando si hay algún cambio en el patrón alimentario, de conducta o de higiene, si hay uso de sustancias lícitas o ilícitas, cambios en su rendimiento académico, frases o expresiones que generen un pensamiento dramático en el adolescente.
Todo esto es un llamado de atención de que se puede estar entrando en una enfermedad mental y que los padres o tutores no presenten resistencia o miedo porque el psiquiatra vaya a poner una medicación para el manejo de esta enfermedad que hoy es día es la única causa por la que un psiquiatra pierde a un paciente, así que invitamos a todos a crear consciencia sobre este mal que cada día es más frecuente y que se puede prevenir.
“Hablemos de suicidio sin tabúes ni miedo” culminó diciendo.