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Se ofende al que tiene cola, a usted no General
Por Jose Garcia.
En mis casi 25 años en la comunicación, muy pocas veces he usado mi pluma para expresar algún juicio de valor referente a los mandos policiales.
En una sociedad tan politizada como la nuestra, la conducta policial es muy difícil de valorar. No son pocos los altos oficiales que, en el ejercicio de sus funciones, no han sabido distinguir la línea que divide los intereses políticos de los derechos ciudadanos.
Sin embargo, me resisto a permanecer callado, al escuchar las injuriosas imputaciones que se vertieron en contra del ex jefe de la policía licenciado Jaime Marte Martínez.
Me gusta medir a la gente que han pasado por cargos públicos por lo que tienen, sobre todo, evaluando el antes y el después, de su posición en el estado.
La justicia dominicana fue apoderada de un expediente, en el que varios oficiales debieron comparecer frente a ella, acusados de cargarse vehículos, retenidos por las autoridades, por estos estar envueltos en actos reñidos con la ley.
Esta acusación se produjo al cambiar el gobierno en el que el general Marte Martínez encabezó una de las mejores valoradas gestiones policiales conocidas en nuestra historia pos dictadura.
Periodista Jose Garcia
A pesar de todos los esfuerzos por embarrar la gestión que había pasado, remontando incluso, los ingentes esfuerzos que del entonces sector político gobernante, se hicieron para destruir honras y causar una percepción corrupta del gobierno que antecedía, no hubo ningún indicio de culpabilidad, encontrado contra el general Jaime Marte Martínez. Su honra y honestidad brilló antes, durante, y después de su paso por la jefatura policial.
Le conocí personalmente cuando mi dilecto amigo, ya fallecido Rafael Estévez Almánzar (alias comandante guayabo, valeroso combatiente de la Revolución de Abril 1965) me lo presentó en medio de las labores, que realizábamos para formar el Partido Primero la Gente. Me tocó viajar junto al general Marte Martínez por casi toda la geografía nacional. Le vi, le traté, le valoré su profunda capacidad intelectual, cuyo grado es muy escaso, no sólo en las filas policiales, sino en toda la sociedad.
Al conocer este policía atípico, sentí motivación por elucubrar su hoja de servicio, ¡y oh sorpresa! los anales de la institución registran su jefatura como una de las más respetuosas de los Derechos Humanos, no sólo para con la sociedad, sino también dentro de las filas de la uniformada.
Estoy seguro que desde la más alta posición del Consejo Nacional de Drogas, cargo con que lo distinguió el excelentísimo señor presidente de la república Licenciado Luis Abinader, la sociedad dominicana saldrá altamente beneficiada, no sólo por la formación intelectual de este hombre, sino y muy especialmente, por su sólida probidad, cabalmente demostrada.