EL PAIS
La Misión de Cascos Azules en Haití 13 Años de Desafíos.
ELCORREORD. La intervención de la misión de cascos azules en Haití, iniciada en 2004, se convirtió en uno de los esfuerzos más significativos en la historia de las Naciones Unidas. A lo largo de 13 años, las fuerzas de la ONU enfrentaron enormes desafíos en su tarea de estabilizar un país sumido en una crisis política y social tras el derrocamiento del presidente Jean-Bertrand Aristide.
A principios de 2004, Haití estaba al borde del colapso, con un incremento alarmante de la violencia política y disputas internas. La crisis alcanzó su punto más álgido en febrero de ese mismo año, cuando insurgentes tomaron el control de varias regiones del país, sumiendo a la nación en el caos y la incertidumbre.
La respuesta de la ONU fue rápida y decisiva, autorizando el despliegue de una fuerza multinacional compuesta por 6,700 cascos azules y más de 1,600 policías internacionales. Su misión principal era restablecer el orden en un Haití completamente desbordado por la violencia y la descomposición política, lo que marcó el inicio de una nueva fase en la historia del país.
La estabilización de Haití no fue un proceso inmediato ni sencillo. A pesar de la presencia de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH), la violencia generalizada y la impunidad persistieron durante muchos años. Además de garantizar la seguridad, las fuerzas de la ONU se encargaron de acompañar el proceso electoral y de impulsar reformas institucionales esenciales para el futuro político de Haití.