ELCORREORD
Con la presencia de 136 de los 190 diputados del Partido Revolucionario Moderno (PRM), se aprobó este martes en primera y segunda lectura el proyecto de ley que declara la necesidad de una reforma constitucional solicitada por el Gobierno. Este proyecto, respaldado por el informe de la comisión bicameral presidida por el senador Pedro Catrain, detalla los artículos que se propone reformar y establece la necesidad de concretar cambios en la Constitución de la República.
La aprobación se llevó a cabo en medio de una notable controversia, ya que los diputados de la Fuerza del Pueblo (FP) y el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) decidieron retirarse de la sesión en señal de protesta. Según los voceros de ambos bloques, la reforma no representa un avance significativo para el pueblo dominicano, considerándola más como un “capricho” del presidente Luis Abinader. El diputado Rafael Castillo, vocero de la FP en la Cámara Baja, lamentó que su bloque se siente como un “estorbo” ante la abrumadora mayoría del PRM, que cuenta con 146 representantes.
En un momento de tensión, el vocero del PLD, Gustavo Sánchez, expresó que aunque el presidente ha intentado ser democrático al escuchar a la oposición, legitimar una modificación constitucional sin una comprensión clara de las razones sería equivalente a convertirse en cómplices. Esta posición llevó a su bloque a retirarse del hemiciclo, resaltando la falta de consenso en torno a la reforma.
El presidente de la Cámara de Diputados, Alfredo Pacheco, defendió la decisión del PRM de continuar con la discusión, afirmando que su bloque “aguantó” la presión y sigue adelante con la propuesta. Este proyecto, que ya había sido aprobado en el Senado en dos lecturas consecutivas durante una sesión extraordinaria, ahora se remite al Poder Ejecutivo, y se anticipa que la Asamblea Nacional revisora será convocada el próximo lunes 7 de octubre. En esta reunión, los 220 legisladores discutirán los puntos establecidos en la propuesta de reforma.
La discusión en el Congreso ha estado marcada por un fuerte desacuerdo entre los bloques de oposición y el partido oficialista. Los opositores han argumentado que el proyecto carece de claridad y de justificación, lo que ha generado un ambiente de desconfianza hacia las intenciones del Gobierno. Este escenario resalta la polarización política que persiste en el país, donde cada lado se aferra a su perspectiva sobre el futuro de la Constitución y el papel del Estado en la vida de los ciudadanos.
El desenlace de esta reforma constitucional podría tener un impacto significativo en el panorama político dominicano. Mientras el PRM busca consolidar su poder a través de cambios en la Carta Magna, los partidos de oposición advierten que este tipo de medidas pueden desvirtuar el propósito de una democracia representativa, creando un desafío adicional en la relación entre el Gobierno y la ciudadanía.