EL PAIS
El país ha sufrido embate de devastadores huracanes
EL CORREO. República Dominicana se encuentra, geográficamente, en la ruta de ciclones tropicales. Por esa razón es constante el azote de estos fenómenos atmosféricos a la isla.
Con la llegada de Beryl, el primer huracán de esta temporada ciclónica, se han activado medidas preventivas ante su paso cerca del litoral sur dominicano, previsto para las primeras horas de este martes.
A lo largo de la historia, varios fenómenos atmosféricos han dejado una huella en la nación, causando devastaciones y muertes. Esta lista hace un recuento de los más destructivos, que han dejado impacto en la memoria de las familias dominicanas.
San Zenón
Fue el 3 de septiembre de 1930 (hace casi 94 años), cuando el dictador Rafael Leónidas Trujillo apenas tenía dos semanas en el poder. El ciclón San Zenón entró por la capital dominicana como categoría cuatro, con vientos sostenidos 215 kilómetros por hora.
Según archivos periodísticos de la época, dejó un saldo de al menos 4,000 personas muertas, entre 15,000 y 20,000 heridos y pérdidas económicas –aunque no fueron calculadas oficialmente- de entre RD$25 millones y RD$50 millones.
Las pérdidas humanas se dieron porque muchos ciudadanos incrédulos desafiaron la peligrosidad del fenómeno, ignorando las advertencias que habían hecho las autoridades.
Los sectores Villa Duarte y Villa Francisca, así como Ciudad Nueva y Gascue fueron entre los más afectados por el evento. Trujillo asumió personalmente la atención a los afectados y con apoyo de varios países, en forma de donaciones y ayuda, inició un proceso de reconstrucción de la ciudad. Puerto Rico, Cuba, Estados Unidos y varias naciones de Europa ofrecieron cooperación al país para superar ese difícil momento.
David
República Dominicana no volvió a sufrir fenómenos intensos durante 49 años, hasta que el 31 de agosto de 1979 el ciclón David azotó buena parte del territorio nacional, convirtiéndose en uno de los huracanes más intensos en la historia del país.
También llamado “huracán de Guzmán”, categoría 5 (con vientos superiores a 260 kilómetros por hora), de acuerdo con reportes de medios locales en esa época, destruyó más del 70% del sistema eléctrico, que duró varios meses para ser restablecido totalmente.
Su paso dejó alrededor de 2,000 personas muertas y a 200,000 sin hogar. La infraestructura del país, especialmente en las zonas rurales, sufrió graves daños, con miles de viviendas destruidas y grandes extensiones de cultivos aniquiladas.
Georges
Otro fuerte huracán que se recuerda es Georges hace casi 26 años.
Siendo categoría cuatro, entró sobre la Isla Saona en las primeras horas de la mañana para moverse hacia el oeste a lo largo de todo el país, con gran destrucción de viviendas en el este y fuertes precipitaciones en la cordillera Central.
Georges cobró la vida de casi 300 personas, de acuerdo con las estadísticas que se manejaron en aquella época, mientras que los damnificados fueron unos 263,724 y 100,000 quedaron en refugios temporales. La región sur fue la más afectada, específicamente en las localidades Tamayo y San Juan de la Maguana.
A cuatro días de la tragedia que dejó este huracán, el gobierno, según archivos periodísticos, determinó que más del 60% del territorio nacional sufrió los embates de Georges. Para ese entonces se contabilizaban pérdidas por más de 1,200 millones de dólares.
Las tormentas Noel y Olga
Otros fenómenos atmosféricos que provocaron daños significativos fueron las tormentas Noel y Olga, en el año 2007.
Noel, que llegó al país el 29 de octubre, se destacó no solo por su fuerza, sino por las devastadoras lluvias que trajo consigo. Se formó en el Caribe y rápidamente se convirtió en una poderosa tormenta tropical que afectó a varias islas antes de llegar al país.
Según los reportes de ese entonces, las provincias más afectadas incluyeron San Cristóbal, Azua, San Juan, y Monte Plata, donde los ríos desbordados arrasaron viviendas, puentes y carreteras.
Mientras Noel dejó un saldo de cerca de 87 personas fallecidas y se contaron en casi 50 los desaparecidos. Además, fueron evacuadas aproximadamente 64,096.
Los periódicos de 2007 narran que fue una de las tormentas más mortíferas.
Mientras que Olga llegó fuera de la temporada, pero el 11 de diciembre, impactando duramente a la región norte del país.
Las intensas lluvias, de acuerdo con un reporte hecho por este diario, resultaron en la apertura de la presa de Tavera, para evitar su colapso, que desencadenó inundaciones repentinas que afectaron gravemente a la provincia Santiago.
Olga dejó 33 muertes y más de 61,000 desplazados.
Con estos dos eventos climáticos el país perdió más de 420 millones de dólares.