El alcalde de Nueva York, Eric Adams, enfrenta cargos federales y compareció el pasado viernes ante el Tribunal Penal de Manhattan, donde se le ordenó regresar el 2 de octubre. Sin embargo, este domingo, en un evento en la Iglesia Reformada Presbiteriana Emmanuel en El Bronx, declaró: “No voy a renunciar, voy a reinar”.
Desde el púlpito, Adams reafirmó su compromiso con la ciudad, asegurando que “no permitiré que la acusación penal en mi contra me impida seguir sirviendo a la gente de Nueva York”. Además, mencionó que está activando su "GPS", su "satélite de posicionamiento de Dios", para superar esta crisis política, como ha hecho en momentos difíciles anteriores.
Apoyándose en su fe, el alcalde dijo: “Con la energía de nuestro señor y salvador, Jesucristo, y con la energía de nuestros antepasados que han superado tiempos difíciles, estoy aquí para seguir adelante”.
Adams enfatizó que “Dios me puso en este momento” y que se mantendrá firme ante los llamados a su renuncia. “Se oye a un pequeño grupo de gente gritando: ‘Él debería renunciar’. Bueno, no, yo voy a dar un paso al frente”, afirmó, provocando aplausos y vítores de la multitud.
“Voy a mostrarles a aquellos en esta ciudad que han pasado por momentos difíciles que, durante los momentos más oscuros, eso no es un entierro. Es una plantación”, continuó. “Dejen que Dios haga su trabajo. Yo voy a hacer mi trabajo”.
Adams se mostró desafiante, describiendo los cargos en su contra como “completamente falsos” y basados en mentiras. “Siempre supe que, si defendía a los neoyorquinos, sería un objetivo, y en eso me convertí. Si me acusan, soy inocente y lucharé contra esto con cada gramo de mi fuerza y espíritu”, concluyó.