ARTE Y GENTE
ANTONIO MARTE un senador humilde para una provincia inmensa y laboriosa
Definitivamente hay gente que nace con un destino, con una misión, o tal vez más que todo eso, con una estrella.
Hace más de 50 años, en una loma lejana de un campo llamado El Aguacate, perteneciente a la provincia Santiago Rodríguez, andaba entre esos montes un joven que había nacido sin fortuna, sin tiempo ni espacio para dedicarse a los estudios, pero con sueños y aspiraciones tan altas que superaban las montañas que le habían visto nacer.
En su lugar de nacimiento y campos cercanos, poca gente le conocía por su nombre, porque a los 15 años, ya le prestaba dinero a agricultores y comerciantes, ganándose el apodo de “cacique”. Antonio Marte desde temprana edad dibujó su porvenir, lo adornó con trabajo, dedicación y fe en el Gran Poder de Dios. Las personas mayores que le veían haciendo negocios con hombres que le doblaban en edad, presagiaban que Antonio “el cacique”. llegaría a ser un hombre grande dentro de lo que humanamente es posible concebir como tal.
Sin embargo, para este hombre conocido en todos los rincones de la República Dominicana, las cosas no fueron fáciles. Debió enfrentar grandes retos desde niño. Decidido a progresar, compró su primer vehículo siendo apenas un muchacho, dedicándose a cargar productos agrícolas a todo quien le pagara un flete, y cuando regresaba vacío, le ponía asientos a la camioneta para transportar personas. Se dio a conocer entre sus compueblanos como un joven servicial, serio y trabajador. Así llegó a la capital dominicana, con una meta trazada: convertirse en un hombre próspero. Pero para eso, hasta carbón llegó a transportar desde el sur hacia la capital. De ese modo fue creciendo económicamente y dándose a conocer, hasta que el doctor José Francisco Peña Gómez le trató y desde ese entonces, le contó entre sus amigos muy cercanos, hasta el punto que en una de las etapas de la vida del más grande líder de masas de América Latina, éste escogía la casa de su amigo Antonio, para muchas tardes, luego de sus agotadoras jornadas, sentarse a descansar en una mecedora que su anfitrión le guardaba, exclusivamente para “el moreno” y prohibiendo Antonio, que le molestaran su descanso.
Le conocí ya siendo un empresario próspero y líder de la mayor cantidad de choferes de la República Dominicana. Me refirió con él, un amigo mutuo, vegano como yo, de nombre Víctor Rodríguez. Realicé algunas publicaciones sobre asuntos sindicales, que en ese tiempo le ocupaban, pero cuando realmente estuve cerca, del hoy senador de la provincia Santiago Rodríguez, conociendo su capacidad de trabajo, su inteligencia nata y el respeto y liderazgo que irradia, fue cuando el inolvidable, ido a de tiempo, comandante de la Revolución de Abril y conspicuo amigo Rafael Estévez Almánzar, quien me introdujo a su oficina y sin mucho rodeo le sugirió a Antonio, que me colocara en su equipo de trabajo, convirtiéndome a partir de ese momento, en un colaborador del grupo que trabajó en la fundación del partido Primero la Gente.
Con una votación arrolladora, Antonio Marte se convirtió en las pasadas elecciones dominicanas, en senador de la república en representación de su amada provincia. El también presidente y fundador del Partido Primero La Gente, hoy día le hace honor al nombre de su partido, atendiendo la gente de su provincia, construyendo soluciones a sus problemas y necesidades y organizando foros y consejos provinciales, para ventilar y promover soluciones dirigidas a elevar el nivel y la calidad de vida de sus ciudadanos. Normalmente llega a su provincia dos veces por semana. Es uno de los senadores que presenta la mayor versatilidad de proyectos en beneficio de su provincia. Se ha convertido en uno de los líderes que sustentan en el congreso dominicano la aprobación de la ley 28-01, que impulsa la extensión por treinta años de la pieza legislativa, con el fin de que las provincias fronterizas puedan frenar la invasión haitiana, que están siendo objeto los pueblos limítrofes con el vecino país.
Los diversos proyectos que el senador Marte promueve desde su curul, muestran su alto sentir patriótico, su decidida vocación de servicio y un notable compromiso social con los ciudadanos que le dieron el voto para que le representara, desde la más alta posición de su provincia. Sin embargo, Antonio Marte se comporta como el más humilde y servicial de sus compueblanos. Y éstos cifran su confianza en él, para cambiar la suerte de uno de los lugares más hermosos de la República Dominicana, como lo es la provincia Santiago Rodríguez.
Este artículo fue elaborado con la colaboración del sr. Romeo Lantigua, junto a quien hemos preparado una serie de reportajes sobre las necesidades y aspiraciones de esta provincia, los cuales serán entregados diariamente por este medio digital.
Próximo tema: La Ley 28-01 y Cómo impacta a la provincia Santiago Rodríguez.