NEW YORK
"Nueva York declara alerta de sequía: Primer aviso desde 2002 por escasez de lluvias"
El alcalde de Nueva York, Eric Adams, emitió este lunes una advertencia de sequía para la ciudad, la primera de su tipo desde 2002, debido a la grave escasez de precipitaciones que afecta a la región. En un esfuerzo por mitigar los efectos de esta crisis hídrica, se han anunciado varias medidas para reducir el consumo de agua, entre las que destaca la suspensión temporal de las reparaciones del acueducto de Delaware, que abastece a la ciudad con agua potable proveniente de las montañas Catskill, al norte del estado.
La medida, que forma parte de un paquete de protocolos para enfrentar la sequía, se produce en un contexto de condiciones áridas continuas en el noreste de EE.UU., que han generado también varios incendios forestales, algunos de ellos en parques de la ciudad.
El proyecto de reparación del acueducto, con una inversión de 2.000 millones de dólares, había sido planeado como una solución a la filtración diaria de 35 millones de galones de agua en el suelo, pero su suspensión es ahora crucial para preservar el recurso hídrico. El Departamento de Protección Ambiental de la ciudad indicó que trabajará para reanudar los trabajos el próximo año, si las condiciones lo permiten.
Medidas de ahorro y posibles restricciones
Adams instó a los neoyorquinos a seguir ahorrando agua y expresó la importancia de tomar medidas preventivas para garantizar el suministro de agua durante el verano próximo, cuando se necesitará para regar parques y llenar piscinas públicas. En su comunicado, el alcalde destacó la resiliencia de la ciudad y pidió a los residentes que continúen con esfuerzos conjuntos para afrontar la crisis.
Las agencias gubernamentales ya han comenzado a implementar medidas restrictivas, como la suspensión del lavado de calles y vehículos de la Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA) y otros departamentos, además de cerrar hidrantes abiertos ilegalmente. Por su parte, las escuelas locales comenzarán a impartir programas de concienciación sobre el ahorro de agua.
Si las condiciones siguen empeorando, la ciudad podría declarar una emergencia por sequía, lo que impondría requisitos más estrictos de conservación del agua y podría afectar a más sectores.
Nueva York se enfrenta a una situación sin precedentes, con las autoridades locales y los ciudadanos trabajando juntos para garantizar que el recurso más vital no se agote.