NEW YORK
Trump confirma que usará el Ejército y una emergencia nacional para llevar a cabo deportaciones masivas.
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este lunes que utilizará a las Fuerzas Armadas y recurrirá a una figura legal conocida como emergencia nacional para implementar su plan de deportaciones masivas de migrantes indocumentados. En su red social Truth Social, Trump reaccionó a una publicación del activista conservador Tom Fitton, quien había afirmado que la nueva administración planeaba declarar una emergencia nacional y usar activos militares para las deportaciones, confirmando la información con un rotundo «¡CIERTO!».
Aunque la campaña de Trump no ha revelado detalles específicos sobre cómo se llevará a cabo este plan, las deportaciones masivas fueron una de sus promesas clave durante la campaña electoral. Para ejecutar este plan, Trump tiene previsto invocar la Ley de Emergencias Nacionales de 1976, que otorga al presidente poderes extraordinarios para actuar sin necesidad de la aprobación del Congreso, en situaciones consideradas como amenazas a la seguridad nacional.
Trump ya utilizó esta ley en su primer mandato, en 2019, cuando declaró una emergencia nacional para desviar miles de millones de dólares del Pentágono hacia la construcción del muro fronterizo con México, una medida que enfrentó múltiples demandas judiciales.
En su campaña, Trump también prometió movilizar a reservistas de la Guardia Nacional y sugirió la posibilidad de reubicar tropas estadounidenses desde el extranjero hacia la frontera sur para implementar sus políticas migratorias.
Una medida controversial
El uso de las Fuerzas Armadas en operaciones de deportación supondría un cambio radical en su función tradicional, ya que la legislación estadounidense prohíbe estrictamente el uso del Ejército para tareas de vigilancia o aplicación de leyes nacionales. Según el Brennan Center for Justice, la normativa actual limita severamente el papel de los militares en funciones internas.
Se estima que en Estados Unidos viven alrededor de 11 millones de migrantes indocumentados, y que los planes de deportación masiva podrían afectar a 20 millones de familias, muchas de ellas con miembros que son ciudadanos estadounidenses, de acuerdo con la organización defensora de los derechos migratorios America’s Voice.
El costo de estas deportaciones podría ascender a miles de millones de dólares anuales y, según el American Immigration Council, tendría un impacto negativo en sectores clave de la economía estadounidense, como la agricultura y los servicios, que dependen en gran medida de la mano de obra migrante.